Si usted está leyendo este artículo en su oficina, haga una pausa y mire a su alrededor. ¿Qué ve? Su escritorio, ¿está repleto de cosas o despejado? Su pared, ¿está llena o vacía? Si está llena, ¿qué tiene colgado? – ¿fotos familiares, diplomas de logros o las dos cosas? Y lo más importante – ¿qué cree que estas cosas dicen sobre usted? "Probablemente usted no puede saber de qué se trata un libro sólo con ver la tapa. Sin embargo, usted puede saber mucho sobre alguien si ingresa en su espacio de trabajo, oficina o cubículo", dice Karen Otazo, entrenadora ejecutiva mundial y autora de The Truth About Managing Your Career [La Verdad del Manejo de Su Carrera] Pearson, 2006). "Cada característica, incluso la ubicación de los papeles en el escritorio, lo identifica a usted y describe su forma de hacer las cosas".
Como gerente, usted seguramente desea una imagen de alguien accesible y con quien se puede hablar, alguien organizado y que trabaja mucho. ¿Pero cómo comunica ese mensaje a través de su espacio de trabajo? Aquí le mostramos cómo, dice Otazo:
1. Deshágase de la decoración sobrecargada. El aspecto de la decoración merece especial atención. Una foto familiar o dos, colocadas criteriosamente, pueden comunicar de forma sutil que usted es una persona de familia. Demasiadas fotos transmitirán cierta obsesión y pueden comunicar que usted no se centra en el trabajo. Asimismo, los muñecos de peluche, un exceso de plantas o un protector de pantalla demasiado llamativo pueden quitarle profesionalismo. "No es que expresarse sea malo", observa Otazo, "pero en el área reducida de su espacio de trabajo, cada artículo se vuelve más perceptible, y logra mayor significado como símbolo de quién es usted".
2. Incorpore algo que pueda iniciar una conversación. Asegúrese que haya al menos un artículo en su oficina diseñado para actuar como iniciador de conversaciones. Una foto suya en la cima del Monte Everest transmite que usted es una persona de grandes logros y atraerá la atención de alguien que pasa. Un libro conocido, bien ubicado, también puede generar una conversación. "No piense solamente en lo que los objetos elegidos transmiten de su persona, sino en lo que otras personas puedan decir de ellos", dice Otazo.
3. Reduzca el papel. Las pilas desordenadas de papeles envían el mensaje no deseado. Primero, esas pilas son como un ruido de fondo que lo distrae a usted y a los demás. Segundo, son una barrera física entre usted y cualquier visita en su oficina. Piense en esto: cuando usted está de un lado del escritorio y su visita del otro, las pilas de papel son un obstáculo, sin importar la supuesta prolijidad con que las apiló. Otazo dice que ella no sugiere que su escritorio sea inmaculado, sino que debe mantener a la vista uno o dos proyectos a la vez para eliminar el desorden y demostrar que usted es organizado. Los proyectos en curso, en los que usted no esté trabajando en el momento exacto, deben organizarse en archivadores, en un estante cerca de su escritorio. Gire las cajas para que el lado desordenado quede hacia adentro y el efecto será como mirar una fila de libros. De esa manera, los papeles no quedan tan evidentes pero son fácilmente accesibles.
Una vez que haya hecho los cambios necesarios, váyase de su oficina durante algunos minutos y luego ingrese nuevamente. ¿Qué comunica el nuevo espacio? ¿Se ve ordenado y organizado? ¿Realmente transmite profesionalismo? ¿Hay algún artículo bien ubicado que incite a preguntas y a la conversación? Éstas no son preguntas triviales, dice Otazo: "Prestar atención a su espacio de trabajo es una forma sencilla de hacerse una excelente publicidad".
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